La historia de los Halcones Negros en México se inicia en julio de 1991, cuando se reciben las dos primeras aeronaves S-70A, la versión de exportación equivalente al UH-60L del Ejército de Estados Unidos (US Army), hoy los helicópteros continuan cumpliendo sus funciones después de 30 años de operaciones ininterrumpidas.
El Gobierno México buscaba para finales de la decada de 1980, un helicoptero que puediera dar respuesta mas rapida a las grandes necesidades de transporte del gobierno federal, como tambien para llevar a la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) a un nuevo nivel respecto a sus capacidad de helcopteros militares.
Así fue como arribo en Ciudad de Mexico la primera unidad con matricula 1197 y asignado como DN-01 (Defensa Nacional 01), dentro de la U.E.T.A.M. (Unidad Especializada de Transporte del Alto Mando) asignado a labores de transporte de la Secretaria de Defensa Nacional (Sedena) en lo que era la Estación Aérea Militar Nº 1, en la zona militar del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. El segundo fue matriculado 1198 y asignado dentro de los entonces llamados Grupos Aeromóviles de Fuerzas Especiales (GAFES).

Las Fuerzas Especiales, están organizadas, equipadas y adiestradas para responder a las necesidades operativas del ejército en todo tipo de terreno y bajo cualquier condición meteorológica; privilegiando la calidad por sobre la cantidad, por lo que son unidades pequeñas, pero con una gran capacidad operativa capaces de actuar de manera independiente o en apoyo de fuerzas convencionales, su entrenamiento les permite actuar en cualquier parte del territorio nacional.
Desde el 1 enero de 1994 la FAM se aprestó a combatir a un enemigo visible, con organización estrategia y dominio del terreno, el levantamiento en Chiapas fue el bautismo de fuego de los Halcones Negros. Durante los primeros días de aquel año, los rebeldes pudieron entorpecer el avance del ejército, cavando trincheras en los caminos a fin de detener el avance de los camiones de tropas, esta debilidad en la movilidad del ejército, fue parcialmente soportada por la flota de ala giratoria de la Fuerza Aérea, entrando en acción en conjunto de los Bell 212, siendo ambos modelos las espina dorsal del trabajo táctico de las escaramuzas , sirviendo tanto para el transporte de tropas, abastecimiento y ayuda para los indígenas, como para efectuar reconocimientos aéreos.

El 29 de junio de 1994, se anunció la compra de más helicópteros Black Hawk para la FAM, los que serian incorporados al Escuadrón de Operaciones Especiales 216 (O.E.S. 216) que operaba en la BAM. Nº 1 en Santa Lucia, Estado de México. Las nuevas máquinas recibieron respectivamente las matrículas 1191, 1992, 1193 y 1194.
En diciembre de 1994 los helicópteros del Escuadrón 216 fueron desplegados hacia el estado de Chiapas, donde participaron en la “Operación Arco Iris” la más grande ofensiva en contra del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), incursionando en 11 poblados del estado donde había presencia de los rebeldes, allí las fuerzas consiguieron tomar el poblado de Guadalupe Tepeyac, que era el bastión del grupo guerrillero.

Durante los meses de octubre y noviembre de 1996 se instaló en los helicópteros sistemas de Geoposicionamiento Global (GPS), y posteriormente se adaptó sistemas de navegación nocturna conocido como A.N.VI.S. (Army Night Vision System), el cual mejoró las técnicas de combate nocturno, incrementando la capacidad de vuelo para operar las 24 horas del día bajo cualquier condición atmosférica.
Los Black Hawk mexicanos, cuentan con dos soportes externos o Sistema Soporte de Almacenaje Externo (S.S.A.E.) que consiste en un par de montantes muy resistentes, localizados a cada uno de los costados y son fabricados con materiales compuestos de grafito epoxíco, capaces de cargar dos tanques de combustible por lado, uno de 450 galones (1652 litros) y el ubicado en la parte interna del soporte es para 360 galones (1,321 litros).
Los soportes también permiten artillar los helicópteros con pods FN Herstal HMP250 para ametralladoras calibre .50 y tubos lanzadores para cohetes LAU-61A Hydra 70 de 2.75″, para tareas de ataque a tierra, además de las dos ametralladoras FN Herstal MAG 58M calibre 7.62 mm o Minigun para defensa.
Los seis UH-60L con que cuenta la FAM presentan un esquema táctico de solo tono verde oscuro y cuentan con tres marcas de identificación de la Fuerza Aérea. El día de hoy los UH-60L se encuentran operando dentro del Escuadrón Aéreo 113 ubicado en la Base Aérea de Santa Lucía junto a tres helicópteros Bell-407GX con sistema de Vigilancia, Información y Observación Aerotransportadas (Airborne Surveillance, Information and Observation – ASIO)