El T129 “ATAK”, es un helicóptero de ataque y reconocimiento armado desarrollado por Turkish Aerospace Industries, derivado del A129 “Mangusta”, de la extinta firma Agusta que luego fue Agusta Westland y que finalmente fue absorbida por Leonardo, ello desde 2016.
Fotos: Cees-Jan van der Ende
Este nuevo modelo incorpora sistemas y armamento que lo hacen estar plenamente vigente para las exigencias tecnológicas y tácticas de la guerra moderna. Se encuentra en servicio en el Ejército de Turquía desde el 2015, con más de 60 unidades, mientras que el Gobierno de Filipinas también lo ha adquirido recientemente, recibiendo sus dos primeras unidades el pasado 9 de marzo.
A continuación, revisaremos las características del T129, las cuales lo alzan al más alto nivel dentro de los helicópteros de su categoría.
Diseño, planta motriz y performance
Con una línea aerodinámica similar al EC665 Tigre de la firma europea Airbus y también al Bell AH-64 Apache, el T129 ATAK es un helicóptero con un rotor principal de cinco palas, rotor de cola bipala, tren de aterrizaje fijo compuesto por dos ruedas principales y patín de cola.
Cabe destacar que de un total de 6.500 partes y piezas que componen el T129, 6.300 de ellas son fabricadas o producidas por la industria aeronáutica turca, es decir, un 97% del total, lo que entrega la ventaja de tener prácticamente autosuficiencia completa en la fabricación, mantenimiento y operación de estos helicópteros en Turquía.
Posee un configuración de asientos en tándem, donde la cabina posterior se eleva notoriamente sobre la delantera, permitiendo de esta forma que el piloto se ubique en la parte alta con un campo de visión amplio, dejando el habitáculo delantero para ser utilizado por otro piloto que opera primariamente los sensores y armamento, distribuyendo de esa forma entre ambos la alta carga de trabajo que genera volar, analizar datos, manejar sensores y emplear armamento en ambientes complejos como son las operaciones aéreas en apoyo a fuerzas de superficie.
El panel de instrumentos frontal es casi idéntico en ambas cabinas y está conformado por dos pantallas multifuncionales a color (CMFD: Color Multi Function Display), switches de armamento, un sistema integrado de indicaciones standby como instrumento de respaldo y un computador central de control de aviónica (ACCC: Avionics Central Control Computer), el cual ha sido integrado al costado izquierdo, lugar donde se ingresan los datos relativos a la misión y parámetros de operación del helicóptero.
En cuanto a los controles de vuelo, tanto cíclico, colectivo y controles auxiliares, recogen algunas de las características de las más modernas aeronaves de combate con el sistema HOTAS (Hands on Throttle And Stick), el cual le permite al piloto operar la mayoría de los sistemas y recursos en su helicóptero, ello sin la necesidad de sacar las manos de los controles.
La cabina delantera, añade un par de controles centrales dedicados a operar los sensores y sistemas de armas, dejando el cíclico en el panel lateral derecho. En tanto la cabina trasera tiene la configuración tradicional de colectivo a la izquierda, cíclico al centro y un control adicional en el panel derecho que sirve para operar sistemas de armas, lo que permite el cambio de roles entre ambos pilotos, en caso de ser requerido.
La planta motriz del ATAK se compone de dos motores LHTEC CTS800-4a de 1.373 SHP (Shaft Horse Power) de potencia, fabricados por Light Helicopter Turbine Engine Company, empresa que nace desde una colaboración de Rolls Royce y Honeywell.
El motor de LHTEC fue diseñado originalmente para el proyecto norteamericano de Boeing-Sikorsky RAH-66 “Comanche”, helicóptero de diseño futurista que revolucionó el mundo de las alas rotatorias en la década de 1990, pero que finalmente fue cancelado a comienzos del 2000, ello debido a sus costos y cambios en los requerimientos del Ejército de Estados Unidos de América.
Estos motores son una de sus principales diferencias con el modelo A129 original de Agusta, ya que en su conjunto le entregan al T129 prácticamente el doble de potencia, lo que le permite desarrollar mejores performances, capacidad de carga y ampliar su envolvente de operación en altura y condiciones extremas de temperatura, las cuales pueden ser habituales en latitudes como las de Turquía, característica que se tuvo en consideración al seleccionar esta planta motriz.
Su combinación de motores, rotores, peso y aerodinámica, le permiten alcanzar un techo de servicio de 15.000 pies de altura. Adicionalmente, su fabricante asegura que está diseñado para operar en ambientes extremos de calor y frío, lo que lo convierten en un helicóptero muy versátil para operar en climas hostiles como lo es, por ejemplo, la Cordillera de Los Andes en toda su extensión, la Selva Amazónica, el desierto o incluso el frío clima austral de América del Sur.
En cuanto a su velocidad de crucero, esta es de 152 nudos para un rango de autonomía de 290 millas náuticas que equivalen a 537 km (distancia en línea recta desde Santiago de Chile a Vallenar), además puede alcanzar una asombrosa razón de ascenso de 2.610 ft/min mientras avanza, y de 1.430 ft/min en la vertical, desde vuelo estacionario en su peso máximo de despegue.
ASELFLIR 300T, Ojos y Cerebro
Tal como hemos mencionado, este helicóptero cuenta con equipamiento de última generación, siendo la mayoría de sus sistemas desarrollados por la industria aeronáutica turca, lo que les ha permitido dotarlo de capacidades acordes a sus propias necesidades. Lo anterior implica un hito importantísimo desde el punto de vista de la autosuficiencia de medios para cubrir sus requerimientos, a la vez que estos desarrollos han permitido que la capacidad industrial del país europeo crezca, ubicándolos a la vanguardia y con amplias capacidades de exportar su tecnología.
El sensor principal de T129 es una esfera compuesta por un conjunto de cámaras, designadores laséricos y equipamiento opcional. Su ubicación se ha dejado para la parte frontal, levemente bajo la línea de visión del piloto que utiliza la cabina delantera. Este sensor es desarrollado por la empresa turca ASELSAN, su modelo es el ASELFLIR 300T y es un sistema electro-óptico que entrega capacidades de reconocimiento, vigilancia y designación, mediante un preciso sistema de estabilización de cuatro ejes que le permiten utilizar sus capacidades prácticamente en cualquier actitud del helicóptero.
El ASELFLIR 300T posee tres cámaras. La primera corresponde a una de alta resolución de imagen infrarroja, mientras que las otras dos pueden captar imágenes diurnas a color de alta calidad (Color Day TV Camera), lo cual le permite obtener un zoom de la imagen, si así se necesita, incorporando también una cámara TV spotter CCD (Charged Coupled Device) de espectro visual. Este tercer elemento es un conjunto de tres cámaras que separan los espectros de luz roja, verde y azul para mejorar hasta tres veces la resolución de la imagen, a la vez que entrega mayor calidad y rango de distancia.
En cuanto a las capacidades laséricas, estas se separan en un Laser Spot Tracker que es un dispositivo que captura una iluminación lasérica, más un Laser Range Finder con capacidad de designación, que tiene la función de determinar distancias y entregarlas a los sistemas a bordo para el cómputo de datos para el vuelo y armamento, obtención de coordenadas y también el guiado de armamento de este tipo.
La configuración opcional del sensor considera el reemplazo de la cámara de color diurna mediante algunos elementos internos, así como también la instalación de un puntero láser que añade funciones al uso de equipamiento de este tipo, especialmente, en condiciones nocturnas.
HICS, una herramienta fundamental para el piloto
Este helicóptero cuenta con la integración de un casco del tipo Helmet Integrated Cueing System (HICS) diseñado por TAI ASELSAN, el cual incluye un sistema de visor desarrollado por THALES que le permite al piloto tener información de instrumentos de vuelo y sensores en todo momento, en una simbología del tipo Head Up Display que se activa automáticamente cada vez que el piloto quita la vista de su panel de instrumentos y mira hacia afuera.
¡Esta y otras funciones maximizan las capacidades del conjunto hombre-máquina, ya que le entregan al piloto distintas herramientas que le permiten realizar tareas como el análisis de datos para una posterior toma de decisiones, ideal para el empleo del armamento en una operación de todo tiempo, ya que el mismo sistema de visión integrado considera la superposición de imágenes, por ejemplo, desde el sensor FLIR del helicóptero.
Armamento de ataque y apoyo a fuerzas de superficie
En cuanto al armamento homologado en este modelo, al igual que la mayoría de sus sistemas y sensores, corresponde a desarrollos de la propia industria de armamento turca, sin embargo, se estima que es posible adaptar cualquiera de las armas utilizadas por helicópteros de su categoría en el mundo occidental.
Bajo el pod ASELFLIR 300T encontramos en la parte delantera del helicóptero un cañón de tres tubos rotatorios (tipo Gatling) de 20mm modelo M197, con una capacidad de carga total de 500 tiros. Este cañón tiene un ángulo de movimiento lateral y vertical, permitiendo apuntar y fijar blancos en conjunto al sensor de la aeronave.
El T129 también puede portar una combinación de misiles y cohetes para cubrir labores aire-aire y aire-superficie. Para ello dispone de un total de cuatro puntos duros ubicados en dos estructuras alares laterales.
En cuanto al armamento no guiado, el ATAK puede portar hasta cuatro lanzadores de cohetes de 70mm o 2,75 pulgadas, tales como el MKE FFAR de aletas plegables, y cohetes Hydra 70, ambos de origen estadounidense. Así como también el CRV7 de origen canadiense, el cual puede penetrar un tanque de tipo T-72 a una distancia de 3.000 metros.
Tal como hemos mencionado, la industria turca, a través de la empresa ROKETSAN, ha desarrollado armamento de última tecnología que puede ser utilizado por este sistema de armas. Nos referimos a los misiles guiados UMTAS y Cirit 70.
El UMTAS es un misil aire-superficie con un guiado de imagen infrarroja (IIR), de alcance nominal de hasta ocho kilómetros, especialmente diseñado para atacar tanques y vehículos de alto blindaje. Los puntos habilitados para el uso de este armamento son las dos estaciones externas de los soportes alares, con lanzadores cuádruples en cada uno de ellos, pudiendo sumar un total de ocho misiles.
Por otro lado, el Cirit 70 también puede ser agrupado en lanzadores cuádruples en cualquiera de las cuatro estaciones alares, por lo que el helicóptero puede portar hasta 16 de estos misiles o bien ocho en combinación a ocho UMTAS. El misil Cirit cuenta con guiado láser y su empleo está considerado contra blancos estáticos o móviles que sean ligeramente reforzados.
El T129 también considera la opción de utilizar armamento aire-aire para su autodefensa, para ello ha homologado el misil ATAS (Air-to-Air Stinger), el cual mediante su guiado infrarrojo permite su uso principalmente contra helicópteros o aeronaves de baja performance que representen una amenaza para el T129, o de las fuerzas de superficie propias. Este misil puede ser cargado en lanzadores dobles ubicados en todas las estaciones, por lo que en total puede portar ocho de ellos.
Actualizaciones y proyección
Actualmente existe una aeronave de pruebas en la que se ha instalado equipamiento y sensores que mejoran las capacidades del T129, sobre todo en lo que respecta a su sistema de alerta y autodefensa. Este modelo denominado ATAK Fase II, voló por primera vez en noviembre de 2019, e incluye capacidades de guerra electrónica como un sistema de alerta de radar (RWR) capaz de detectar señales de radar de las bandas C-J, ello utilizando ondas pulsadas, continuas, o la combinación de ambas.
Adicionalmente, se han sumado a sus capacidades un RFJ (Radio Frequency Jammer) que incorpora tecnología avanzada, como una antena de barrido activo electrónico (AESA), un amplificador de señal sólido y una memoria digital de radiofrecuencia (DRFM). Por último se ha dotado de un LWR (Laser Warning Receiver) que le permite detectar si es seguido por sistemas laséricos, o si se ha empleado este tipo de armamento.
Tal como mencionamos al inicio de este artículo, Filipinas adquirió un lote de seis helicópteros de este modelo, de los cuales los primeros dos ya han sido entregados, llevándolos a bordo de dos aeronaves Airbus A400M de la Fuerza Aérea Turca. Este hito marca el inicio de las exportaciones del T129 ATAK, el cual fue probado en 2019 en tierras sudamericanas, específicamente, por el Comando de Aviación del Ejército de Brasil, el cual se encuentra en la búsqueda de dotarse de estas capacidades. En el marco de esa visita el T129 realizó vuelos de prueba en Brasilia y Río de Janeiro, lugares donde se incluyó la participación y evaluación por parte de oficiales brasileños.
En la imagen se aprecia el siguiente armamento: Punta de ala derecha, un lanzador de dos misiles UMTAS. Al centro, el sensor ASELFLIR 300 T en posición cerrado y cañón móvil M197 de 20mm. Interior del ala izquierda con lanzador doble de misiles ATAS Stinger, y en punta de ala izquierda lanzador de misiles Cirit 70.
La oferta turca a Brasil implica la posibilidad de alianzas industriales para el desarrollo de los requerimientos brasileños, así como también la producción local bajo licencia de partes y componentes de las aeronaves. Con esto no solo se potenciaría aún más las capacidades de Brasil en este sentido, sino que Turkish Aerospace industries estaría en condiciones de dotar a cualquier país u operador que requiera sumar a su inventario un helicóptero especialista en misiones de ataque, reconocimiento armado, escolta armada, ataques de precisión, soporte de fuego, supresión de la defensa aérea enemiga, seguridad y guerra urbana.